
Desde ayer y por los próximos dos meses, el ahora Papa emérito vivirá en el palacio de Castel Gandolfo. Después se trasladará al monasterio Mater Ecclesiae, erigido por su predecesor al interior de la Ciudad del Vaticano, donde llevará una vida de oración y recogimiento para unirse con más fuerza al Señor, por el bien de toda la Iglesia Universal, durante su última etapa de peregrinación en esta tierra. Desde ya, y antes de que el cónclave dé a conocer el nombre del 266° sucesor de san Pedro, Benedicto XVI ha declarado su reverencia y obediencia incondicional al próximo Papa, recordando con ello que nos es más que el siervo de los siervos de Dios. De esa forma comenzó su último día como Sumo Pontífice, que nos dejó un mensaje de agradecimiento y una llamada a vivir gozosos nuestra fe: «Gracias por vuestro amor y cercanía. Que experimentéis siempre la alegría de tener a Cristo como el centro de vuestra vida».
Como agradecido epílogo, la bitácora Acción Litúrgica recoge dos entradas con algunas de las imágenes que nos dejó Benedicto XVI como Vicario de Cristo (aquí y aquí), así como una selección fotográfica de las Misas celebradas según la forma extraordinaria cuando era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (aquí). Igualmente, la bitácora Catholicvs ha preparado un resumen de algunos momentos que las lentes pudieron captar durante este breve pero fructífero pontificado (en cuatro partes: I, II, III y IV). En fin, en Messa in latino se recogen las imágenes de los últimos momentos de Benedicto XVI como Romano Pontífice, ya en Castel Gandolgo y antes de que el reloj marcase la hora señalada.
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Quizá la última imagen que veremos de Benedicto XVI |
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